El 25 de junio de 2019, tras dos décadas de tramitaciones, obras y retrasos, se inauguró la línea de alta velocidad entre Granada y Madrid; que se estrenaba inconclusa porque faltaba la variante de Loja; que se construye en la actualidad. El AVE tardó en su primer trayecto 3 horas y 5 minutos. El tren más rápido en estos momentos invierte casi media hora más en el mismo recorrido.
La causa está en nuevas obras de mejora de la línea, la reprogramación de frecuencias y, sobre todo, en el incremento de paradas intermedias; una situación que penaliza a Granada en comparación con otras provincias.
La construcción de la variante de Loja que acomete el Gobierno posibilitará a medio plazo reducir los tiempos. Pero hay decisiones que permitirían mejorar la conexión de la provincia de manera inmediata.
El primer AVE de la mañana, que parte de la estación de Andaluces a las 06.55, llega a Atocha a las 10.32. Por el camino, se detiene en Loja, dos veces en Antequera y, en una cuarta ocasión, en Córdoba.
Granada necesita un tren directo que ofrezca una conexión más competitiva. Es vital para el turismo de congresos, para agilizar los intercambios empresariales, para atraer viajeros y también para captar nuevos profesionales cualificados que decidan instalarse en esta provincia. En definitiva, no disponer de buenas conexiones, en igualdad de condiciones que nuestro entorno, limita el desarrollo de esta tierra.
Pero, además, es una deuda con Granada. El proyecto original de AVE prometía un viaje a Madrid en 2 horas y 45 minutos. Y la previsión era de cinco frecuencias diarias; frente a las tres actuales, más una cuarta desde Almería que no es de alta velocidad.
Con nuestras firmas como sociedad civil pedimos a las instituciones competentes que trabajen para compensar este déficit de conexiones y se habilite un AVE directo entre Granada y Madrid, sin paradas intermedias, en las mismas condiciones que disfrutan otras provincias.
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